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LAS AGUAS EN SANTIAGO

aguas santiagoDe auténtica resurrección se puede considerar este periodo histórico que ocupa desde finales de 1942 a finales de 1955. Otra vez los Ramón cogen el timón de nuestra Hermandad. Su esfuerzo y el de otros, quizá más anónimos, hacen resurgir de las cenizas una titubeante Hermandad que nunca dejó de procesionar y que recompuso el Paso de Misterio en sólo cinco años con nuevas imágenes.

El Cristo de las Aguas lo adapta Antonio Illanes Rodríguez en 1943 de uno anterior realizado en 1941. La Virgen del Mayor Dolor es obra, modelada en barro inspirada en la anterior de José Romero Morillo en 1945 y que talla en madera Antonio Eslava Rubio.

De titánico se puede considerar el esfuerzo que realizaron para rehabilitar una Hermandad prácticamente extinta. Se recibieron donativos y ayudas de los más variopintos lugares y de personajes relevantes de la época. Artistas, políticos, militares y anónimos ciudadanos aportaron su grano de arena para que la Hermandad que hoy conocemos no desapareciese a pesar de los duros momentos históricos en que le tocó vivir a nuestros hermanos después de aquel maldito incendio.

En estos 13 años donde la Cofradía pasa por el duro trance de recomponerse alejada de su ámbito natural, hasta entonces, como era el Barrio de Triana, la Hermandad recibe otro duro golpe como es el fallecimiento de su Mayordomo Perpetuo Ramón Gil Trujillo. Su hijo, Ramón Gil García con otra impronta y otro carácter, coge el testigo de su padre e incorpora a la Hermandad a una nueva hornada de cofrades.

La pretensión de echar raíces se ve truncada por el mal estado del Templo y a causa de unos vecinos que nunca terminaron de entender la presencia, en aquella feligresía, de nuestra Hermandad.

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